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SEMANA 5

  • Foto del escritor: Laura Casas
    Laura Casas
  • 16 oct 2015
  • 2 Min. de lectura

La clase de esta semana me ha servido para resolver dudas, profundizar y entender mejor algunos conceptos que había aprendido las sesiones anteriores.


La identidad de una empresa se trata de uno de los elementos intangibles más importantes que tiene. La construcción de esta identidad obtiene tal grado de importancia porque nos encontramos en una sociedad sobrecomunicada en la cual existen demasiados productos, mercados, servicios, etc. ante las que tenemos que seleccionar aquello que verdaderamente nos interesa e impacta. Dada esta situación, las empresas hacen todo lo posible porque crear esta identidad y que su empresa sea reconocida más fácilmente y recordada por sus clientes.


Con todo lo anterior nace el concepto de posicionamiento, que se utiliza para orientar a la organización. Es el “lugar donde se quiere situar la imagen corporativa para cada uno de los públicos, según Sanz de la Tajada.


Mediante la construcción del posicionamiento la empresa adquiere una reputación que será mayor cuanto mejor esté trabajada y definida la identidad. La gestión de la reputación es algo bastante novedoso, e implica un continuo trabajo de actualización de la empresa.


La reputación es fuente de innovación creadora de valor en la medida en que solo crea valor la innovación social, la que es capaz de hacer que se fortalezcan las relaciones de confianza y afinidad de las organizaciones con los grupos de interés y como consecuencia la innovación que permite conseguir y mantener las licencias para operar de cualquier organización. (Joan Costa).


A parte de la historia de nuestra empresa, que la dotará de identidad, o la misión y visión, se vuelven primordiales otros aspectos tangibles como los colores, la tipografía o el logotipo.


La empresa con la que estamos trabajando mi grupo y yo en las sesiones prácticas hemos podido comprobar que si se consigue crear una buena identidad corporativa, la empresa o marca es rápidamente distinguida por el público. Nuestra empresa se trataba de Coca Cola, y simplemente jugando en nuestras exposiciones con el color rojo, o con el concepto de ‘felicidad’ que supuestamente esta bebida produce entre los que la consumen, nuestros compañeros lograron reconocer de qué empresa estábamos hablando.

 
 
 

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