SEMANA 8
- Laura Casas
- 2 nov 2015
- 3 Min. de lectura
Esta semana hemos aprendo el concepto de lobbies como aquellas personas cuya profesión es hacer presión dentro de una empresa o institución. En algunos casos, sobre todo en política, esta palabra puede llegar a tener connotaciones negativas. Este concepto también se ve implicado cuando existe una situación de crisis, como por ejemplo con el caso actual de las carnes cancerígenas. Además de otras ideas como lanzar un spot para nuestros clientes o informar a nuestros empleados sobre lo sucedido, la función de los lobbies dentro de la empresa se vuelve necesaria. De esta manera, como ocurre en el caso de las carnes, al estar mucha gente implicada se puede ejercer mayor presión para poder llegar más fácilmente a cualquier objetivo.
Otro concepto del que también se habló, relacionado con una crisis empresarial, es el de la creatividad. Hay que ser creativos y crear propuestas alternativas que permitan superar los peores momentos dentro de una empresa. Para trabajar una crisis se puede añadir un plus de creatividad, de forma que estas crisis se puedan llegar a convertir en grandes oportunidades. Según un estudio de IBM realizado entre 1.500 consejeros delegados en decenas de países, un 60% identificó la creatividad como la habilidad de liderazgo más importante del futuro, por delante de la integridad y el pensamiento global.
La creatividad es un factor decisivo de competitividad en el que debe invertir una empresa. Un ejemplo es el caso de OB que colgó un spot tras un fallo que tuvo la marca. De esta manera la empresa consiguió generar impacto entre sus clientes y se convirtió en una buena oportunidad para volver a recuperar la confianza de su público.
De nuevo, en esta sesión se volvió a retomar la reputación corporativa. Hoy las empresas se están dando cuenta de que los clientes, empleados, accionistas, consumidores y usuarios son los nuevos propietarios de las marcas, y que son verdaderamente ellos los que pueden revalorizar o desprestigiar el valor de una marca.
La reputación tiene algunas características. Su composición es multidimensional y es fruto de un proceso social complejo que no se consigue en un espacio temporal reducido. Villafañe la define como “la imagen consolidada a lo largo del tiempo”. Otra característica que la define es que es única para cada empresa, y suele manifestarse en circunstancias históricas únicas. Su llegada se debe principalmente como consecuencia de las crisis o el surgimiento de nuevas formas de comunicación.
Crearse una buena reputación ayuda a que los demás hablen de ti de una manea positiva y puedas ser reconocido. Los cambios legislativos también nos han llevado a convertir a la reputación en una prioridad entre las organizaciones, como por ejemplo cuando se han tratado cuestiones vinculadas a la contaminación o a la ecología que las empresas han de cumplir.
Muchas empresas no saben manejar esta reputación debido a la ausencia de procesos estructurados que permitan llegar a ella, o a la incapacidad para ponen en valor el conocimiento interno adquirido en la relación con los stakeholders. Por ello, existen herramientas que proporcionan información acerca de la reputación de las empresas y que hacen que estas sean conscientes de los valores que deben ser reforzados para fortalecer la reputación. Uno de ellos es el monitor empresarial Merco, que mide la reputación empresarial comparándola con múltiples empresas y estableciendo un ranking determinado. Hoy se ha convertido en uno de los monitores de referencia en el mundo. Reptrak es otro modelo que mide la reputación evaluando el grado en que una dimensión determinada afecta al vínculo emocional entre un grupo de interés concreto y la empresa en cuestión.

Hay que trabajar todos los valores intangibles transversalmente para así llegar al éxito de una buena empresa: ser una empresa reputada.
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